jueves, 19 de mayo de 2022

Entrevista a Luis G. Socio de Ĝuo, apasionado de la retrotecnología.

 

 

En nuestra asociación queremos disfrutar de la cultura, no en balde nos llamamos “Ĝuo” (“disfrute” en esperanto), pero, hay algunas manifestaciones que nos resultan especialmente estimulantes y a las que dedicamos especial atención. Uno de estos intereses especiales es la retrotecnología.

En esta entrada presentamos el tema en forma de entrevista con uno de nuestros socios, Luis G., que es un apasionado del tema.

Ĝuo - Hola Luis. ¿Cómo definirías la retrotecnología? ¿Qué engloba?

Luis G.- Creo que es un concepto muy amplio. Englobaría desde radios, magnetófonos, máquinas de escribir, ordenadores, televisores, videoconsolas, telefonía... La lista podría ser muy larga.

Podríamos decir que toda clase de aparatos, sin limitarse a lo puramente electrónico, que aunque desfasados u obsoletos, conserven su funcionalidad además de tener un valor histórico o cultural.

Ĝ - Entonces ¿Tecnología obsoleta es sinónimo de retro? ¿hasta donde llega lo retro? Es decir, ¿La herrería es retrotecnología? vamos, le estamos pidiendo que se explaye en el concepto.

LG -  Habría primero que acotar que significa la palabra “obsoleto”. ¿Están obsoletos los TomTom? Creo que la respuesta sería sí desde el punto de vista de haber caído en desuso, ya que han sido reemplazados por las Apps de móviles pero ¿todavía son capaces de cumplir su función? La respuesta de nuevo creo que es sí, podrías usar un TomTom en el 2022 y casi con total certeza te llevará del punto A al punto B. Lo que intento decir es que efectivamente la obsolescencia existe y sería bastante definitoria, pero creo que hay qie desvincularlo de.otros.términos como inútil o sin uso o valor.

La franja en lo que algo es retro es difícil de consensuar, no es un corte fino de "más de X años". Creo que va por épocas o etapas, y como en todo, la tecnología también se contagia de modas o funciones que entre fabricantes se copian o evolucionan, siendo la oferta dentro de cada mercado bastante homogénea.

Así a grandes rasgos, por poner un ejemplo, el último Iphone y el último Samsung son muy similares. Tamaño, prestaciones, características estéticas etc. Pero si los comparamos con un Nokia 3210 o un Alcatel OneTouch, veremos que la tecnología ha cambiado. Así que yo lo veo al menos como una o dos generaciones tecnológicas, si se me permite la expresión, respecto a la oferta actual. Por supuesto, respecto a cualquier aparato, los móviles sólo son un ejemplo.

No creo que exista una conciencia explícita de crear algo con el valor añadido de ser histórico, al menos en el 99% de los casos. Suele haber una serie de corrientes homogeneizadoras por contagio a los cacharros de una misma época. Por supuesto, dentro de cada categoría de la época estaba el nivel “premium”, con su velo de lo inalcanzable. Ese artículo que ya entonces escaseaba, normalmente por tener precios prohibitivos, por ejemplo la Neo Geo AES. Una videoconsola al alcance de muy pocos. Es histórica en cierto modo, pero dudo que hubiese una intención detrás en este sentido.

Ĝ - ¿Por qué lo retro crea esa fascinación? ¿Es pura morriña o hay algo atractivo en la austeridad de la tecnología antigua?

LG - Empieza con la morriña siempre. Cosas que tuviste, cosas de tu entorno, cosas que hubieses querido, luego te metes en la madriguera de conejo y es recuperar aparatos con un significado histórico y cultural, toda una época. Al final te atrapa.

Ĝ - ¿Consideras la reparabilidad de la tecnología un aspecto del interés o clave en la retrotecnologia?

LG - Creo que es una batalla que estamos perdiendo actualmente y debería ser un derecho fundamental el poder reparar cualquier cosa. Obviamente no es lo mismo reemplazar una resistencia o fusible de un cacharro de hace 30 años a un microcomponente de un circuito integrado en un móvil actual. Pero hay casos flagrantes como la política de Apple de quitar la potestad a reparar algo fuera de su servicio oficial, o incluso hoy en día el no poder sustituir la batería de la mayoría de móviles a la venta.

Ĝuo - ¿Puede verse la retrotecnología como un seguro para reconstruir en mundo tras un apocalipsis? Vamos como una tecnología al alcance de las masas.

LG - Pues entrando en el juego… en un hipotético caso sin redes de comunicación o red eléctrica, podría ser un seguro. Desde una dinamo a una máquina de escribir, o ¡radios alimentadas por patatas!

Ĝ - ¿Tiene la retrotecnología una faceta ecológica?

LG - Darle una segunda vida a algo, mediante una reparación o puesta al día es una de las acciones más ecológicas que podemos hacer, ya que reaprovechando el objeto ya creado y alargando su uso evitamos reemplazarlo por otro nuevo que necesitaría ser construido de nuevo, con la consiguiente generación de CO2 en su fabricación y distribución.

Ĝ - Sabemos que usted colecciona consolas antiguas. ¿Por qué si pueden emularse?

LG - Desde el punto de vista más pragmático no hay justificación posible. Como bien dices hay  más baratas, eficientes, y sobre todo, compactas, como la emulación.

En mi caso, y creo que es el motivo más común, empecé por nostalgia, queriendo recuperar los videojuegos y consolas que tuve de crío, o los que veía en revistas y programas de TV como el VideoXoc de TV3. Luego ya es meterse en la madriguera de conejo. Recabar más información, interesarte por más plataformas y juegos... Y al final terminas con las estanterías llenas de recuerdos rezumando nostalgia y 3 o 4 televisores CRT (los de tubo gordos) luchando todo por un espacio.

Hasta hace poco justificaba mi afán de recolectar y usar videojuegos y consolas originales porque realmente aún había diferencia entre un juego original y uno emulado, primero dependiendo de la calidad del emulador, luego por otros factores como el tiempo de respuesta a la hora de jugarlo. En los últimos años han salido proyectos como el MiSter, una maravilla de cacharro, que se convierte, por así decirlo, en la consola original, ofreciendo experiencias extremadamente similares a las originales, con el añadido de tener muchas comodidades actuales, desde conectarse a cualquier tele moderna sin que te sangren los ojos, a tener la biblioteca entera en una tarjeta sd, grabar partida en cualquier momento, etc.

Al final todo forma parte de un ritual, poder tener el objeto tangible, disfrutar de su caja o manual en caso de tenerlos, y finalmente, introducir el juego en su plataforma y ejecutarlo. Sensaciones.

Ĝ -  Impresiónenos con datos sobre su colección.

LG - Pues no es una colección especialmente grande, he ido picoteando de aquí y de allí desde que empezara a coleccionar con ánimo real de coleccionar, allá por el 2003-2004, recopilando todo lo que me he podido permitir y especialmente, lo que me gusta. 

Ahora mismo mi colección la componen algo más de 1400 videojuegos, de casi 30 plataformas diferentes, entre consolas portátiles, sobremesa y microordenadores (la más carente). En total, entre consolas repetidas y variantes, debo tener alrededor de 80-100 consolas (no las he contado nunca la verdad). Entre periféricos y mandos deben haber unos 200 escondidos por los rincones de casa… no hay tantas manos para tantos mandos.

Ĝ - Muchas gracias por concedernos su tiempo e introducirnos en el fantástico mundo de la retrotecnología.

Luis G.-
Un placer.

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